libra 

Desde el 10 de octubre, Júpiter ha dejado tu signo y ha entrado en tu Segunda Casa en Escorpio. Es algo así como “Júpiter paso 2” que trabaja para concretizar todas las nuevas entradas en tu vida en este último año, cuando Júpiter estaba en tu signo. De cualquier manera, desde el 10 octubre muchos Libra le han dado fuego a la pólvora y encendido motores de un cambio que estaba en el aire desde hace tiempo, que se había preparado despacio en los meses anteriores, bien sea elaborando las exactas condiciones prácticas, (económicas, logísticas, laborales) o, sobre todo, construyendo la exacta determinación interior necesaria para izar velas y navegar hacia algo nuevo.

Muchas pueden ser las situaciones de cada uno, pero hay un “hilo rojo” que recorre el cielo de Libra como una autopista de crecimiento: las ganas de ser más independientes, de enfocarse, de concretizar proyectos e iniciativas que hasta ahora han estado flotando solo el limbo de los propósitos. Hay una nueva determinación que nace desde la conciencia de estar listo. Y, como el cielo “exterior” de cualquier modo refleja siempre el cielo “interior”, la vida empieza a enseñarte en muchas ocasiones concretas, cómo partir para ponerte a prueba, para entrar en la vivencia de las cosas.
Júpiter en Segunda Casa, significa también encontrar finalmente un equilibrio (término por ti querido) sobre el tema de tu valor personal: dejaràs de estar entre los extremos opuestos (la baja autoestima por un lado y las ganas de escapar del mundo por el otro) que han constelado el cielo del año pasado. Ahora se convierte en algo más sencillo, saber cuánto vales, para qué empresas estás listo y cuáles requiere todavía más preparación y, sobre todo, encontrar la salida perfecta para enseñar también a los demás tu valor.
Desde este punto de vista, el año que tienes delante es seguramente más concreto y constante del que te dejas a tu espalda. En el año pasado, de hecho, Júpiter en el signo ha encendido el motor de tus ganas de independencia, pero estas ganas de partir de nuevo se han parado frente a las situaciones que creaban mayor dependencia, con todas las inseguridades que te tenían “atracado” a un trabajo o a una situación afectiva que no sentías buena para ti. Imagina dar una aceleración a un coche con el freno de mano puesto. El empuje de velocidad aumenta la fricción sobre el freno, y te empuja a trabajar sobre bloqueos para desconectarlos y poder partir con el impulso. Es por esto que el año pasado te ha hecho oscilar entre dos extremos: las ganas de romper bloqueos y partir, por un lado, y el peso de algunos condicionamientos, por otro.
También en amor, se vuelve a trabajar en la construcción de un equilibrio de pareja más sano y centrado. En los últimos años, muchos nacidos del signo han vivido un poco “desequilibrados” sobre el otro, han empujado hacia adelante a la pareja o han cuidado de la familia (especialmente con los hijos pequeños o abuelos ancianos) y sus proyectos han acabado en segundo plano.
En el último año, con Júpiter en el signo, han tenido una reacción “opuesta” que los ha llevado tal vez a reclamar una posición más central y “protagonista” yendo en muchos casos contra su pareja.
También en este sentido, con el nuevo Júpiter resulta más fácil poner en práctica estos propósitos, volver más al centro del escenario de la propia vida sin que esto implique una “lucha” continua de reclamaciones con (y contra) el otro. También para quien todavía no tiene un nuevo amor, este nuevo cielo permite  darse prisa y ponerse en juego en todos los sectores de la vida, el eslogan de este nuevo Júpiter en Segunda Casa podría ser: “basta de hablar de cosas: ¡es tiempo de empezar a hacerlas!”. Leer otros signos zodiacales

Gracias a StefySun Collaboration por la traducción!